Funcionarios de la microárea de salud participaron de Programa de Desvinculación Laboral

El Departamento de Calidad de Vida del Servicio de Salud O’Higgins, diseñó para este año un programa para todos aquellos funcionarios de la red asistencial que se encuentran en proceso de incentivo al retiro, el cual se dividió en cuatro talleres, permitiéndole a los trabajadores adquirir los conocimientos necesarios como también el apoyo psicológico, previsional, educacional y financiero tras su desvinculación laboral.

En abril de 2016 se dio inicio en Hospital San Juan de Dios, a los talleres del programa de desvinculación para los funcionarios(as) de los hospitales de Nancagua, Chimbarongo y el propio San Fernando, con diversas charlas y actividades avocadas al post trabajo luego de estar toda una vida ligada al servicio público, la cuales culminaron con una ceremonia de entrega de certificados que contó con la presencia de la directora (s) del hospital, Dra. María Margarita Henríquez, el Subdirector Médico, Dr. Gonzalo Zapata, la Subdirectora de Enfermería, Ana María Moraga y la Subdirectora de Recursos Humanos, Lindsay Macuada.

Laura Baeza Quiñinao, asistente social y encargada de la Unidad de Previsión Social del Servicio de Salud, entregó detalles del programa que se realizó en Hospital San Fernando: “fue un mes y medio de trabajo, que estuvo dirigido a todos los funcionarios que potencialmente fueron beneficiados por el proyecto de ley que otorga una bonificación por retiro voluntario a los trabajadores de salud. Lo que pretende el Departamento de Calidad de Vida del Servicio, es hacer un acompañamiento previo para que una vez que los funcionarios postulen a la ley, tengan todo asesoramiento profesional y técnico”.

Dentro de estos talleres se vieron varios tópicos, tal como indicó Laura Baeza. “Es un trabajo interdisciplinario donde participan psicólogos y asistentes sociales, donde se vieron temas relacionados con el trámite de pensión de vejez, los beneficios post laborales como el bono, los talleres de apoyo psicológico y red de apoyo e inversión realizado por el BancoEstado”, especificó la asistente social.

Los funcionarios quedaron satisfechos por el trabajo realizado durante este tiempo, “lo que nos señalaron durante todos estos días de trabajo y en esta jornada de cierre, fue que la información que recibieron, tanto técnica como de acompañamiento, fue necesaria porque pueden tomar decisiones acertadas y a tiempo. Eso es lo que buscamos como equipo interdisciplinario. Ahora cuentan con todas las herramientas necesarias para tomar las alternativas que a ellos más le favorezca”, afirmó la profesional.

Encabezaron esta jornada representantes del Departamento de Calidad de Vida, Unidad de Salud del Trabajador, Unidad de Previsión Social y de redes de apoyo como Unidad de Bienestar, todos del Servicio de Salud O’Higgins.

Finalmente, Susana Mogilevich Dubin, kinesióloga jefe de la Unidad de Kinesiterapia del Hospital San Fernando, sostuvo que “fue una oportunidad tremenda de aprender y conocer el proceso de pensionarse, además de un acompañamiento y “abrirnos los ojos” en el tema de cómo enfrentar mental y psicológicamente la vida post laboral”.

Fueron muchos años de recuerdos y anécdotas los que quedarán marcados en la vida de estos funcionarios y funcionarias, que fueron tratados durante estos talleres y que Susana Mogilevich valoró: “Yo en este hospital llevo trabajando más de 40 años. Ha pasado de todo, es una vida completa, he visto como ha crecido el establecimiento, mi familia y a futuro vendrá otra etapa, aprender a vivir sin el trabajo, hacerse de otras actividades y formas de vida”.

Y tal como expresó la directora (s) del hospital sanfernandino, Dra. María Margarita Henríquez, en sus palabras dirigidas a los funcionarios que participaron de este programa de desvinculación, son muchos los cambios que han tenido que afrontar, pero que el legado que han dejado es importante para las futuras generaciones. Ese mensaje lo tomó la jefa de Kinesiterapia, “en mi caso, fui parte de la formación de la unidad, ya que cuando llegué junto a mi marido Miguel Ángel Ortega, Kinesiterapia no existía, no habían kinesiólogos en el hospital, partimos de cero; y partir con lo que hoy existe, un grupo de trabajo de primer nivel y muy cohesionado, es una cosa maravillosa; nosotros sabemos el legado que dejamos”.