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lunes 21 de octubre del 2024
Mauricio Alejandro Ortega Rojas
Usuarios de dispositivos de rehabilitación participaron del primer Concurso Literario de Salud Mental
El viernes 18 de octubre, en el salón Comedor de los Funcionarios, se realizó la premiación del primer Concurso Literario de Salud Mental en nuestro Hospital San Fernando, el cual fue organizado por el técnico deportivo Edgar Jara Galaz y los coordinadores de los Dispositivos Hospital de Día, Jeniffer Soto Córdova y Centro Diurno, Gustavo Valenzuela, con el apoyo de los profesionales de ambos dispositivos de rehabilitación.
La premiación contó con la presencia del Jefe de la Unidad de Psiquiatría y Salud Mental, Dr. Javier Moraga Vergara, quien dirigió unas palabras a todos los presentes, destacando la importancia de las actividades artísticas y deportivas como apoyo al proceso de rehabilitación.
El primer lugar lo obtuvo la usuaria de Hospital de Día, Ivania Padilla Toledo, con el cuento “La alma de colores”. En tanto el segundo y tercer lugar fueron para las usuarias de Centro Diurno, María Isabel Suazo y Ana Toledo, con los cuentos “El Gran Sol y “El Burrito Bartolomé”, respectivamente.
Este concurso estuvo enmarcado en la conmemoración por el mes de la salud mental y viene a culminar una semana con diversas actividades conmemorativas, tales como, el Campeonato de Bochas y una jornada recreativa en Parque Abel Bouchón. A continuación, te dejamos los cuentos:
La alma de colores
(Primer lugar Concurso Literario)
Había una vez una alma que acababa de nacer, era de un color blanco. No había factores que le afectaran a su color hasta que vio a su madre. En ese momento ocurrió algo mágico: apareció un color en su cuerpo, su primer color fue el apego a la madre.
Durante el desarrollo de su vida, esta pequeña alma se fue llenando de muchos colores según las situaciones que ocurrían. Muchas veces las situaciones o días la teñían de grises oscuros, otros grises y los días que los recordaba felices la pintaban de amarillo. Entonces, durante su vida esta alma tenía muchos colores como un mosaico hermoso.
Un día llegó un momento en que esta alma no reconocía sus colores lo veía todo oscuro. Muchos lo conocen como depresión pero esta alma no la conocía, tenía momentos de angustia donde su corazoncito se le apretaba, ya no le llamaban la atención las cosas que antes le gustaba hacer y ella misma se decía que andaba muy llorona. Esta alma ya no le encontraba sentido a su vida, pensaba muchas cosas en su cabecita pero lo que más le perturbaba es que ya no había colores, lo veía todo negro.
Lo que vivía esta alma solo se lo guardaba para ella, hasta que un día llegaron una almas expertas en la depresión, le hablaron sobre esta enfermedad. Una era buena en conocer a las personas y sus emociones y la otra era una alma experta en dar tratamiento y entregaba chubis a las almas para su mejoría.
Luego de un proceso el alma se fue de nuevo re encantando con sus colores y aparecieron otros nuevos colores ¿Qué paso con los colores grises y oscuros? Esta alma pudo aprender a vivir y controlar su emociones hacia ellos. (La nube)
Entrega de reconocimiento al primer lugar, Ivania Padilla Toledo. Recibe en su representación, Claudia Núñez, tens de Hospital de Día.-
El Gran Sol
(Segundo lugar Concurso Literario)
Había una vez una princesa que se llamaba Luna, la cual estaba muy enamorada de un príncipe del Reino Vecino, el cual se llamaba Sol…Este era un amor muy sincero y los dos resplandecían cuando estaban juntos, cantaban los pájaros, el arroyo murmuraba y el sonido cristalino de un arrollo cantaba un himno al amor, todo iba muy bien, pero un día el príncipe enfermó, la princesa preocupada, llamó a los mayores doctores del reino, pero ninguno encontró el origen de su enfermedad.
El príncipe no tenía dolores físicos, lo que sentía era una enorme angustia, siempre andaba muy triste y en el silencio de la noche lloraba mucho, pero no sabía porqué. A oídos de la princesa llega un comentario, que no lejos de ahí, había un sanador de mentes, ella fue en busca de él y al explicarle la princesa lo que tenía su amado, este sanador supo que este pobre príncipe había caído en una tremenda depresión.
El sanador lo hizo venir a su humilde hogar y le indicó que hiciera terapias indicadas por él y también lo derivó a otro sanador que le daría algunas hierbas y medicamentos a tomar, para mejorar su estado anímico y quitar esa angustia de su pecho.
El príncipe siguió al pie de la letra sus indicaciones y tomó sus medicamentos como debía ser, la princesa lo apoyaba mucho y nuca lo dejo solo; era para él una gran red de apoyo y esto era muy importante para estos males de la mente. La princesa fue una parte muy importante para la recuperación de su amado, ella con su carácter fuerte y su contención y sobre todo su gran amor.
Poco a poco el príncipe se recuperó y aprendió que existía una salud que no era física, era la salud mental que había que cuidarla con gran esmero y dedicación para no volver a caer.
Para celebrar la recuperación, el pueblo hizo una fiesta y el príncipe le pidió a su princesa que fuera su esposa, esta muy emocionada le dio el sí. Todo el pueblo feliz con sus príncipes recuperados y un matrimonio en camino, celebró y celebró toda una semana completa. (SUSAN)
Reconocimiento a la usuaria de Centro Diurno, María Isabel Suazo, por el segundo lugar del concurso literario.-
El Burrito Bartolomé
(Tercer lugar Concurso Literario)
Era un burrito muy preocupado de los demás, pasaba su tiempo viendo como los otros burritos lo pasaban bien, mientras el cuidaba los frutales que tenía, pero nunca se olvidaba de sus amigos. Pero de tanto pensar en los demás, empezó a sentirse un poquito intranquilo y preocupado, con muy poco ánimo. A él le gustaba salir al pueblo, pero ya tampoco lo hacia, porque su salud no se lo permitía.
El burrito empezó a decaer, sin ánimo de nada, entonces dijo: “tendré que ir al doctor ¡¡¿Por qué me siento tan mal, si yo era un burrito muy feliz y ahora no?”. Entonces fue al doctor y el doctor le dijo que estaba pasando por un cuadro depresivo, y ya no tenía que preocuparse por los demás.
Entonces sus amigos se empezaron a preocupar por él “¡¡¿Qué le pasaba a Bartolomé, que estaba actuando tan raro?!!” Si el era un burrito muy preocupado y muy feliz y ahora no era así “¡¡¿Qué le pasó a Bartolomé?!!” Se preguntaban sus amigos, ya que ni siquiera cuidaba sus frutales que para el eran lo más importante.
Sus amigos no sabían qué hacer, ni como ayudarlo, se decían entre ellos que había que sacarlos adelante como fuera, pero no sabían como ayudarlo. Bartolomé era un burrito muy feliz y ahora está tan triste, debido a que le pasó la cuenta estar siempre tan preocupado por los demás ¿y si lo llevamos al psicólogo, se preguntaron sus amigos?.
Para que se encuentre bien de salud. Así el burrito Bartolomé gracias a sus amigos salió adelante con su salud mental, y fue el burrito más feliz y preocupado de sí mismo. (ROSEN TOLEVALO)
Reconocimiento a la usuaria de Centro Diurno, Ana Toledo, por el tercer lugar del concurso literario.-